El ñandú, Rhea americana (Mohring, 1752) es
un ave corredora, incapaz de volar, perteneciente a la familia
de los reidos. Se encuentra exclusivamente en Sudamérica.
Vive en grupos, adaptados principalmente a las llanuras. Alcanza
promedialmente alturas de 1,5 m y pesa entre 25 y 35 kg.
Sus patas, terminadas en tres dedos, están muy desarrolladas
y adaptadas para la carrera. Las alas y la cola carecen
de plumas rígidas, necesarias para el vuelo. Su cuello
es largo y su cabeza es pequeña y de color gris ceniza.
Está dotado de un pico fuerte, deprimido y ancho en la base.
El plumaje del cuello y pecho es de color negro y en el
resto del cuerpo es gris. Es un ave omnívora; come semillas,
granos, frutos, insectos, batracios, reptiles, pequeños
mamiferos y hasta pichones de otras aves.
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Ñandú
(Rhea americana) - Fotografía de Hermann Muñoz
Reserva del Cerro Pan de Azúcar, Maldonado (2004) |
El
ñandú presenta un dimorfismo sexual poco acentuado. Es polígino,
procreando los machos con entre dos y doce hembras. Estas
depositan huevos de 500 g aproximadamente, cada dos días,
en un sencillo nido en el suelo que construye el macho,
quien es además el encargado de la incubación,
que toma entre 35 y 50 días durante la primavera
austral, resultando muy peligrosa la aproximación cuando
está empollando. Los pichones y ejemplares inmaduros de
ñandúes son llamados charabones, atribuyéndoseles
mucha torpeza, por lo que son sinónimo de esta. La
palabra ñandú deriva del guaraní y significa araña. Tal
vez los antiguos habitantes de estas tierras encontraban
similitudes entre el ave y el atrópodo, por el plumaje,
las largas patas y la agresividad en la defensa del nido.
Su
explotación se remonta a la época colonial. En Uruguay,
en 1978 se prohibió oficialmente su captura. Las primeras
experiencias de reproducción en cautiverio son de 1985.
Actualmente Uruguay es el primer productor mundial de ñandúes.
El producto más comercializado es la carne, que rinde entre
12 y 14 kg por animal y cuenta con bajos niveles de colesterol
y lípidos. También hay demanda por plumas, cueros,
grasas e incluso por córneas y cristalinos para usos médicos.