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Mulita (Dasypus hybridus) |
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La mulita, Dasypus hybridus (Desmarest, 1804)
es un mamífero acorazado que habita en Uruguay, Paraguay,
Argentina y sur de Brasil. Es parte de la veintena de especies
de la familia de los dasipódidos que son originarios
y se distribuyen por toda América. Presenta rasgos similares
al tatú, al armadillo y al peludo, de quienes se diferencia
por su reducido tamaño, escasez de pelaje, distribución
de su caparazón y número de anillos articulares. Mide
entre 25 y 50 cm y pesa entre 1,5 y 2,5 kg. Su caparazón
es de color pardo oscuro y está dividido en tres secciones
que recubren la cabeza, la zona escapular y la región
pélvica. La región central está articulada
por siete anillos rígidos dispuestos en bandas (nótese
que el animal representado en la moneda tiene once anillos,
característica que no se corresponde con ninguna especie
existente de dasipódidos). La parte inferior del cuerpo,
las patas y la cola están cubiertas de escamas y pelos
duros y escasos. Como carecen de piel, no pueden resistir temperaturas
extremas, por eso se las encuentra en zonas templadas. Sus patas,
con garras, son cortas, a pesar de lo cual se mueve con gran
rapidez.
Posee
muy mala visión al ser un animal de hábitos nocturnos.
Durante el día permanece en su madriguera, excavada en
la tierra, y por las noches se aventura en campo abierto para
alimentarse. Sus dientes están atrofiados y carece de
incisivos (por lo que integra el orden de los edentados). Su
dieta es omnívora, en base a insectos, principalmente
hormigas, e hierbas. Cuando están en peligro se enroscan
para protegerse, utilizando su caparazón como escudo
contra pequeños depredadores. Una camada de mulitas está
compuesta de varias crías del mismo sexo; un hecho peculiar,
debido a la forma de división de sus óvulos, que
dan lugar a múltiples embriones. Las crías son
mantenidas en la madriguera y son amamantadas por la madre durante
algunas semanas antes de ser entrenadas en la captura de insectos.
Después del destete, el animal se vuelve de hábitos
solitarios.
La mulita
proliferó por todo el territorio uruguayo, viendo actualmente
reducida su población por la urbanización, la
expansión de la agricultura y la caza furtiva para el
consumo de su carne, a pesar que la misma está expresamente
prohibida. Con su caparazón y cola se fabricaban instrumentos
musicales (charango) y diversas artesanías ornamentales.